Descripción
Las alpargatas se fabrican empleando una lona fuerte, con suela de cuerda de yute o cáñamo. Las alpargatas son muy livianas, con buen agarre al suelo y muy delgadas. Actualmente se ha industrializado su tejido y se utilizan hilos de nailon y suela de caucho, así como también con cubierta de lona y base de cocuiza u otra fibra vegetal. La alpargata se teje artesanalmente en telares triangulares caseros utilizando pabilo (hilo de algodón), combinando distintos colores. La suela puede ser de cuero curtido o de cocuiza. Se compone de la capellada o capellá (parte superior que cubre al empeine y la parte delantera del pie), «talonera» (parte que forma el arco del talón) y el «atadero» (también llamado «correíta», que sirve para sujetar la capellada a la talonera).
Existe una gran variedad de tipos de alpargatas, fundamentalmente divididas en dos clases: las que se ajustan con cintas y las que no. También se puede dividir entre planas, como las tradicionales, y las de talón alto, que suelen incorporar una cuña. En la actualidad es frecuente que la suela de esparto esté recubierta total o parcialmente de una fina capa de caucho, para protegerlas de la humedad y el desgaste.
Origen
Se cree que la alpargata tuvo su origen en la sandalia egipcia, en la que luego se inspiraron los romanos para elaborar una pantufla cubierta y proteger el pie del sol y el calor. En Europa están documentadas desde al menos 1322, año en que un documento redactado en catalán describe las espardenyes «alpargatas» y las menciona con su nombre actual en catalán. En catalán “pantufla” también se llama espardenya.